15/06/2013
Que corten al tráfico
todas las calles de mi
ciudad
que nos prohíban circular
en coche, en bici
y en moto
que obliguen a los
peatones a llevar
casco por las aceras
porque en esta ciudad
donde el frío
se abraza a los huesos
las mujeres cuando
llega el calor
provocan demasiados
accidentes
lunes, 17 de junio de 2013
viernes, 7 de junio de 2013
Tiempo y cicatrices
De
repente amaneció
y habían transcurrido
diez años,
me di
la vuelta y solo vi,
todo
lo que había dejado;
imágenes del
pasado detrás de mí
que
me estaban atormentando,
a
veces nos toca pagar este precio.
Me
lastraban,
como un yugo sobre
el cuello del alma,
los
recuerdos de fotos en blanco y negro,
que
no había olvidado,
ni
estando ebrio,
ni
paseando por paraísos artificiales,
no
hay nada peor,
que no poder hacer nada.
Solo
sentir rabia,
solo
sentir impotencia.
Tanto
dolor y yo estaba atado,
hubiera
dado un pulmón,
hubiera
dado mis manos,
para
poder hacer algo,
para
no tener que llevar flores
todos
esos días señalados,
por
no estar en un presente desolado,
para
dejar de ser mayores
y
volver a ser pequeños,
para
recoger las lágrimas
que
cayeron contra el suelo.
En
homenaje a una agonía
el
llanto fue un aguacero.
El
tiempo curó las heridas
pero dejó las cicatrices,
ahora
mantengo alta la guardia
y he aprendido a defender atacando.
Ahora
estoy curado de espanto.
Ahora
todo el mal que acontece,
ya no
me hace ningún daño.
Pero
el dolor vuelve ha aparecer,
si
miro al pasado.
Hubo
un antes y un después,
con
el final del verano,
ese veintidós de
agosto del dos mil tres.
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