lunes, 22 de agosto de 2011

París-Tours

Conducir de madrugada,
por una autopista.
Aquí el limite de velocidad
es de 130.
Al frente,
tres carriles vacíos,
alumbrados solo,
por las luces de cruce.
Hasta donde llega la vista,
solo oscuridad.
Por los altavoces,
suena Extremoduro.
En la mente,
ninguna prisa por llegar,
todavía le restan
muchos kilómetros
a este viaje,
y esta carretera,
no ha de ser la última,
que he de pisar.
Miro por el retrovisor
y se refleja la luna,
hay cosas que no tienen precio;
21 con 90
marca la cabina de peaje.

1 comentario:

  1. Poema viajero. Cuando pasen los años y leas esto lo recordarás como si hubiera sido ayer. Un abrazo.

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