miércoles, 23 de diciembre de 2009

La plaza de la miseria

15/01/2007


Recorrí los soportales
de la plaza de la miseria
y detrás de las columnas
solo encontré
corazones hechos de retales,
dolor que recorre las arterias.

Detrás de las columnas
solo pude ver
el valor en los ojos de un niño,
el miedo en las manos de un hombre,
y en medio de la plaza sentí el frío
que congelo en mis venas la sangre,
se paro poco a poco el corazón
y sentí que moría por dentro.

Motín del instinto al cerebro
volverse loco y perder la razón,
al no soportar el horror
de arrastrarse por los lodos de la miseria,
de tener el alma hundida en el fango.

Ante esta situación
y sin ninguna ayuda
solo hay una solución:
Guillotinas para todas las reinas,
el hacha en la mano del verdugo,
en el centro de la plaza de la miseria.

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