Abre las puertas
y veras la luz,
que lo ilumina todo
desde Paris
hasta Tumbuctu.
Iluminó al hombre
cuando decidió
dejar de ser mono,
y lo hará
también, cuando lo consiga.
Ilumina todos los ángulos.
Ilumina todas las esquinas.
Ilumina lo más oscuro,
con diferentes puntos de vista.
No es mirar,
es querer ver,
comprender quizás,
adentrarse en el saber.
Ir más allá de las formas,
al mirar ver el fondo
que oculta todas las cosas.
La chica de los zapatos rojos
nunca se ríe.
La chica de los zapatos rojos
incluso puede que me vacile,
nunca quiere bailar conmigo
cuando le digo ¿bailas?,
pero no deja de danzar a mi lado
si bailo con otra chica;
esto debe estar basado,
más que en la atracción,
en la más pura envidia.
La chica de los zapatos rojos
siempre quiere ser
la más deseada de la discoteca
siempre quiere ser
la chica con la que todos sueñan
pero principalmente
la chica de los zapatos rojos
quiere tenerme a sus pies,
se enfada si la ignoro
me ignora cuando estoy solo,
me folla si la rechazo,
no puede permitir,
que no le haga caso.
La chica de los zapatos rojos
necesita seducirme,
necesita excitarme,
y yo necesito que me seduzca,
necesito que me excite,
por eso cuando ella llega
yo hago intención de irme.
Para la chica de los zapatos rojos
no soy más que un capricho,
no soy más que un trofeo,
no soy más que otro antojo.
Un juguete que una vez conseguido,
cae de nuevo en el olvido.
Y yo la ignoro,
para que no deje de perseguirme.
De trabajos por encargo,
mercenario de las palabras,
no me hago cargo,
acabaran siendo una trampa,
por eso en cuanto veo el anzuelo
paso de largo.
La musa es siempre lo primero.
Si me susurra al oído
su voz sera el fuego,
con el que combatir el frío
que puebla mi alma y mis huesos.
Si se quita el vestido
mi cuerpo sera su cuerpo,
soñare sin estar dormido
que siente lo que yo siento.
Si me acompaña a mi destino
aunque sea a paso lento,
encontrare el camino,
el camino de sus besos.
Si se acuesta conmigo
y grita sin importarle los vecinos,
el tiempo caerá en el olvido
el pasado, el futuro y el presente.
Si aparece un domingo
cuando persiste la resaca
escribiré sobre vencedores y vencidos,
y sobre tipos de mala fama.
Si llena de letras mi folio vacío,
formara nuevos versos,
que darán a la vida un poco de sentido,
y me apartará de los borregos.
Porque a veces ella piensa
todo lo que yo escribo.
Porque a veces solo escribo
todo lo que ella piensa.
Y así la musa da forma de poema
a todos mis pensamientos,
a todos mis movimientos,
a todos esos sueños.
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